Javier Sotomayor Sanabria (Limonar, Matanzas, Cuba, 13 de octubre de 1967) es un ex atleta cubano, considerado el mejor de la historia en salto de altura. Ostenta los récords mundiales tanto al aire libre como en pista cubierta; logró un título olímpico, dos campeonatos mundiales, cuatro en pista cubierta y tres títulos panamericanos, entre otros. Su primera plus marca la obtuvo con dieciséis años.
Nuevos éxitos llegaron en 1993, cuando ganó el campeonato mundial en pista cubierta de Toronto, Canadá, con una marca de 2,41 m, por lo que recobró el título perdido dos años antes. Meses después, y previo a la cita mundial de Stuttgart, Alemania, Sotomayor participó en la reunión anual de Salamanca el 27 de julio.
En ese momento, había quienes consideraban que la marca lograda por el cubano en Barcelona un año antes había sido mediocre. Se decía también que la prueba pasaba por un momento de crisis, y además se conjeturaba acerca de los efectos negativos de los controles antidopaje en los atletas. En ese contexto, Sotomayor volvió a ubicarse en el tope de la prueba en Salamanca, donde había conseguido su primera plusmarca. Ese día realizó tres saltos exitosos de 2,23 m, 2,32 m y 2,38 m, en un solo intento. Por último pidió la marca de los 2,45 m, que superaba su propia marca mundial por un centímetro. Sin viento, y con temperatura alta, falló el primer salto. Pero el objetivo estaba claro y lo volvió a intentar. El periódico El Pais relata aquel momento:
De pie, a pocos metros de la varilla, repasó mentalmente su salto: la carrera y el despegue. Cuando revisó la película en la cabeza, suspiró, abrió los ojos y se lanzó con una carrera medida y potente. Era el gran Sotomayor. Tenía la potencia y la agilidad del muchacho que comenzó a asombrar a sus rivales cuando apenas había cumplido 18 años. La carrera y la batida fueron tremendas. Sotomayor se elevó oblicuo a la varilla, dobló la espalda y tocó el listón con la parte dorsal. Las piernas pasaron después de un extraordinario golpe de riñones. Aunque la varilla se tambaleaba, el saltador cubano estaba seguro de que no caería. Salió como un huracán de la colchoneta y se abrazó a Guillermo de la Torre. Acababa de batir el récord y de recobrar todo el poderío de sus mejores días...
En agosto, refrendó su buen estado de forma en Stuttgart con el segundo título mundial de su carrera con un salto de 2,40 m. De esta manera, el caribeño había logrado en dos años los máximos logros para cualquier atleta: los campeonatos olímpico y mundial, y la plusmarca de la prueba. Esos resultados no pasaron desapercibidos para la Fundación Príncipe de Asturias que le adjudicó el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en noviembre. Herminio Menéndez, jefe de gabinete del Consejo Superior de Deportes, opinó sobre Sotomayor: «es una gran referencia para la juventud cubana. Además de un campeón, es una persona sencilla, afable, que sigue en su país pese a que podría disfrutar de todas las comodidades en Estados Unidos». En la semblanza sobre su carrera, la institución se expresa del galardonado en estos términos:
...a su valía como deportista une unos siempre resaltados valores personales —sencillez, simpatía, accesibilidad a todos y compañerismo— que le han llevado a convertirse en un auténtico mito para la juventud actual de su país. Sobre Cuba, ha declarado que allí los atletas somos unos privilegiados [...] Nunca saldré de Cuba para no volver. Amo demasiado a mi patria y, además, estoy comprometido para sacarla a flote.
Sotomayor retornó al campeonato mundial en pista cubierta en 1995, en el que saltó 2,37 m, y con el que se colgó la medalla de oro por tercera vez. Además acudió por tercera ocasión a los Juegos Panamericanos que se realizaron en Mar del Plata, Argentina, y nuevamente se alzó con la medalla dorada con un salto de 2,40 m, marca de la competencia todavía vigente. En tanto, en el campeonato mundial de Gotemburgo, Suecia, se ubicó en el segundo puesto con 2,37 m. Hasta ese año había saltado más de 2,30 m en 192 competencias; y desde 1988, diecisiete de ellas habían sido por encima de los 2,40 m.
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